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Hacer jabón con infusiones

Hacer jabón artesanal con infusiones nos abre un sinfín de posibilidades a la hora de investigar en el mundo del jabón. Porque gracias a las infusiones o a la cocción durante más tiempo de nuestras hierbas aromáticas favoritas, podemos conseguir jabones únicos y con propiedades fantásticas para nuestra piel.

Si alguna vez te has preguntado cómo puedes hacer un jabón de lavanda, de romero, hiervabuena, o caléndula, té verde o manzanilla sigue leyendo porque hoy encontrarás la respuesta.

Si aún no sabes cómo implementar las infusiones a la hora de hacer tu jabón, te lo contamos ahora. Ya verás que resulta muy sencillo.

¿Cómo hacer jabón con infusiones?

Hacer jabón infusionando tus plantas aromáticas favoritas, e incluso algunas frutas como el limón o la naranja es una opción muy buena si quieres obtener jabones diferentes y conservar todas sus propiedades.

En primer lugar, me gustaría que tuvieras en cuenta unas sencillas recomendaciones:

  • Es mejor hacer los jabones al aire libre, para evitar aspirar los vapores resultantes de la lejía.
  • Siempre que vayas a trabajar con este ingrediente es conveniente protegerse manos, ojos y cara.
  • Es mejor no hacer jabones de este tipo con niños cerca o con mascotas. La mezcla del agua, o en este caso, la infusión con la sosa alcanza grandes temperaturas, y en contacto con la piel produce quemaduras.

Trabajar con infusiones, o con hiervas aromáticas infusionadas es tan sencillo como pesar las cantidades de agua que necesitamos y ponerla a hervir con la planta aromática que nos guste. La cantidad de hierva seca que pongas dependerá de tus gustos, si te gusta un aroma muy intenso, o si por el contrario prefieres algo más suave.

Igual que si prefieres que sea más intenso, puedes dejar cocer la mezcla durante unos minutos, en lugar de retirarlo del fuego inmediatamente, tal y como si se tratase de una infusión.

Cuando tengamos colado el resultado de la cocción, suelo congelarlo en cubitos.

¿Por qué congelo la infusión?

Una de las razones es que prefiero tener hecha la infusión cuando tengo las plantas.

Pero la razón más importante es que a la hora de hacer los jabones, vamos a añadir sosa a esa infusión, y alcanzará una alta temperatura. Si dejamos la infusión a temperatura ambiente, se perderán las propiedades de la planta que utilicemos.

Para evitar que las propiedades de la infusión y de la hierba aromática, o especia se vean afectados, es mejor tenerla hecha hielo. De esta manera no se quemará, y no alcanzará una temperatura tan alta como para que sus propiedades se vean afectadas.

Algo a tener en cuenta es que cuando congelamos la infusión va a cambiar ligeramente de peso. Los gramos iniciales del agua seguro que van a variar un poco cuando la congelemos. Sin ningún problema. Podemos añadir un poco de agua y corregir esa pequeña diferencia de peso.

¿A qué temperatura debería estar la lejía con infusión?

Cuando tenemos que añadir el aceite o las mantecas a la lejía, la temperatura de la mezcla debería ser de unos 30 grados. Lo mejor es que no supere esa temperatura.

Si nuestra lejía está más caliente, lo mejor es que esperemos a que alcance esta temperatura, porque si estuviera mucho más caliente podría afectar a las características de las mantecas o del aceite. Merece la pena esperar un poco, para que nuestro jabón resulte perfecto.

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