La receta de jabón de agua de rosas es una de mis favoritas. Es el regalo perfecto para el día de la madre o alguna ocasión especial, porque te aseguras que gusta a todo el mundo.
Es una pastilla de jabón muy suave e hidratante, que como la mayoría de las que hacemos de jabones naturales no produce mucha espuma. Esto no es nada malo, sino todo lo contrario. El efecto limpiador del jabón no se pierde, y la espuma es un potente agresivo para la piel.
Un poco de espuma está bien, pero demasiada puede cargarse la capa hidrolipídica de la piel, y producir sequedad. He tratado de hacer una receta equilibrada y suave para que puedas utilizar este jabón todos los días para lavarte las manos.
Receta de jabón de agua de rosas
Hacer jabones es una afición maravillosa que comencé hace algunos años. Primero aprendiendo a hacerlos y comprendiendo las bases de las fórmulas. En el jabón de agua de rosas es sumamente importante observar las cantidades y no cambiarlas, o sustituir unos aceites por otros. Si haces eso corres el riesgo de que tu jabón no quede bien.
Agua de rosas
El agua de rosas es muy calmante cuando se trata de pieles irritadas, con rojeces o deshidratadas. Si lo complementamos con un jabón suave y respetuoso, hidratante con la piel, obtendremos una pastilla de jabón perfecta para usar en el día a día.
Pieles maduras, o las que han sido sometidas a condiciones muy extremas, irritadas o sensibles, verán muy rápidamente los efectos milagrosos de este agua súper calmante.
Gracias a la elaboración de este jabón de rosas, haremos un jabón específicamente creado para nuestro tipo de piel, y lo utilizaremos en cuando el proceso de saponificación haya concluído.
Ingredientes para hacer jabón artesano de agua de rosas
. Aceite de Coco: 100 gr
. Sosa: 39,09 gr
. Agua destilada : 104,50 gr
. Aceite de oliva 175 gramos
. Esencia o aceite de rosas 8,3 gramos
. Molde para tu jabón o pequeños moldes individuales
Necesitarás también
-Termómetro
-Guantes
-Mascarilla
Para prepararlos
- Primero ten en cuenta las normas de seguridad en relación a este tipo de jabones con sosa caústica. Protégete con guantes, mascarilla y gafas, y haz tus jabones al aire libre. De esta manera evitarás aspirar los vapores que produce la sosa al mezclarla con el agua.
- Pon en un recipiente, mejor si es de cristal, el agua de rosas, o los cubitos de hielo del agua de rosas previamente congelados, y añade la sosa caústica. Tendrás que estar un rato removiendo la mezcla para que se disuelva muy bien. Haciéndolo de esta manera, evitarás que la lejía alcance una temperatura muy alta, y las propiedades del agua de rosas se mantendrán intactas.
- Mezcla los aceites. Dependiendo de la época del año, el aceite de coco tiene una consistencia más sólida. Por eso, debes calentarlo un poco hasta que tenga la misma temperatura que el aceite de oliva que vas a utilizar.
- Cuando los aceites estén bien mezclados, añádelos a la lejía. En este momento puedes utilizar una batidora, y en cuestión de segundos conseguirás la traza del jabón. Verás que ya está preparada porque tiene una consistencia cremosa, como si fueran unas natillas.
- Separa la mezcla en dos recipientes si quieres dos tonalidades diferentes. A cada una le puedes poner el colorante que prefieras, o dejarla tal cual con el color cremoso que tiene el jabón.
- Ten en cuenta que el aroma espesa y solidifica el jabón muy rápido. Espera a añadirlo a final de todo.
Espera entre 24 y 48 horas antes de desmoldar tu jabón y cortarlo. Recuerda que debes esperar unos 40 días antes de comenzar a utilizarlo, cuando el jabón haya completado el proceso de saponificación.